Programa reúne a 140 participantes en Elqui, Limarí y Choapa, y busca mejorar capacidades en proyectos asociativos; crear mentores para su fortalecimiento; y entregar una Hoja de Ruta de Economía Social al 2030.
Marcando un hito para el desarrollo de la Región de Coquimbo y demostrando el alto interés local por el aporte de la Economía Social a la generación de empleos e ingresos, con equidad, sostenibilidad e inclusión, 140 son los proyectos asociativos y profesionales de Elqui, Limarí y Choapa que integran los planes formativos del Programa Red Cooperativa, financiado por el Gobierno Regional y ejecutado por Fundación Chile, cuyos objetivos son mejorar capacidades en cooperativas; crear mentores locales para el fortalecimiento de éstas; y presentar una Hoja de Ruta de la Economía Social regional.
El Programa está en su cuarto módulo de exposiciones y talleres, en esta oportunidad guiado por el Centro Internacional de Economía Social y Cooperativa, de la Universidad de Santiago, y se realiza en La Serena, Ovalle e Illapel, reuniendo a proyectos asociativos de rubros agropecuario, minero, cultural, pesca, ahorro, turismo, educación, reciclaje y transporte, además de profesionales de ámbitos productivo y social.
Incluye la elaboración de planes de negocios y pasantías al País Vasco (España) y Argentina, para aprender de experiencias cooperativas altamente exitosas; y la creación colectiva de una Hoja de Ruta de la Economía Social al año 2030, instrumento clave para estructurar un ecosistema o red regional de empresas de Economía Social.
El director de Red Cooperativa, Manuel Farías, señaló que “la numerosa convocatoria del Programa demuestra que existe una clara necesidad de mejorar la competitividad y productividad de la Economía Social regional, que es lo que buscamos a través de nuestros planes formativos, para que ofrezcan respuestas a los desafíos de sus socios y sus territorios, con innovación, justicia, colaboración y sostenibilidad, entre otros principios”.
“Los beneficios sociales y económicos de las cooperativas, y su modelo democrático, donde los trabajadores son los dueños de sus empresas, concuerdan con necesidades de alta demanda y contingencia, como mejorar equitativamente los ingresos, reducir brechas sociales y territoriales, diversificar bases productivas, cuidar los recursos y resistir con más seguridad las dificultades y crisis económicas o ambientales”, explicó Farías.
María Antonieta Quiroga, miembro de una organización de emprendimiento de mujeres de Guayacán, Coquimbo, indicó que “las empresas de Economía Social son muy vigentes, porque ponen al centro a las personas y su trabajo, no al capital, se dedican a tener empleos más justos, a lo social, a mejorar la calidad de vida, que es lo que se requiere”.
En tanto, Rolando Rubio, integrante del plan de mentoría, manifestó que “las cooperativas son absolutamente necesarias, ya que entre muchas razones, entregan soluciones consensuadas, perdurables y con pertenencia territorial frente a preguntas y desafíos comunes, con eficacia. Creo que llegó el momento de que en la Región la Economía Social se ponga los pantalones largos en su desarrollo, están dadas las condiciones”.